Sombra de cera y luz de huevo

La clairovoyance (1936), René Magritte

¿Cómo podría un artista no querer algo de esa clarividencia del pintor que, viendo el huevo, pinta el pájaro, sin siquiera mirar el lienzo mientras empuña el pincel? ¿Dice algo el hecho de que alrededor todo sea blanco? Alrededor del pájaro, que se está moviendo, creo que no hay nada. Me desespera no ver hoy tu pájaro volando.







The ignorant fairy (1957), René Magritte

¿Y si digo que yo soy el hada soy por eso travesti? Quiero prenderte una luz en el pecho y mi vela oscurece, y atrás hay una esfera perfecta, ya no un huevo del que predecir nada. Tiene ojos claros como vos, quien vendría a ser yo en el cuadro. ¿Sabía Magritte que veinte años después del clarividente haría éste otro? Pasó mi vida entre esos cuadros, mis veinte años miserables.

2 comentarios:

V a v o dijo...

Me gusta el concepto del primer cuadro, pero el segundo es atontador, del primero puedo decir que las aves casi siempre vuelan en la nada, pocas veces vuelan entre cosas. del segundo nada, inquieta demasiado.

franco dijo...

Cuando los surrealistas no se pasan de idiotas no nos dejan parar de hablar de ellos...

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