El árbol y lo de afuera


Giant Redwood Trees of California, Albert Bierstadt

"¿Acaso el mundo no es ajeno en sí?"
(Emil Cioran)

(Junto al agua, los ojos perdidos en el bosque)

-Ese árbol está de espaldas al tiempo. 
-¿Y cómo diferenciás cuál es su espalda? 
-Un árbol es todo espalda, un continuo dejar siempre afuera todo. Un árbol es un silencio hacia adentro. 
-... 
-El tiempo esta de más para los que han aprendido, antes que nada, primero a callar. 
-Hablás de ellos como si fuesen seres pensantes. 
-Miralos alejarse del suelo, es innegable la sabiduría de su gesto. Escapan de todo. 
-No de la muerte. 
-La vida es el verdadero castigo.

(Hay dos que hablan como un árbol. Dan la espalda a todo, incluida la tercera persona en la pintura, el gran relegado, aquel al que la madera celestial sólo ofrece astillas.)


El Bufón don Sebastián de Morra (Museo del Prado, 1645), Diego Velázquez

"con una mirada triste en la boca" 
(Juan Gelman)

(En la ciudad, en la expulsión)

¿Qué hay que hacer para que to
do cambie, cuando el extremo alcanzado por el maltrato impone que el único lenguaje sean los ojos reclamando piedad? El retrato de cuerpo entero denuncia que la vejación no ha dejado lugar sin alcanzar, que el padecimiento no tiene zonas con sacralidad alguna que escapen al yugo. El manto rojo sobre la espalda, como símbolo de la sangre retirada del cauce de las venas mediante el uso de la fuerza, expresa que lo vivido es una carga que se lleva a todas partes, sangre que llega hasta el piso, que bautiza la tierra de la que nunca se escapa. Caminaremos un suelo lastimado que a cada paso recuerda el dolor que nos atravesó. De esta manera, la tierra se ha convertido en nuestra espalda, y la plegaria gira así su rostro hacia el cielo como último rincón de esperanza en el que pedir que todo por fin acabe. Pasado el momento de desolación, el rastro dejado por los ojos en su recorrido vertical cierra el trayecto convirtiéndose en árbol.


Escrito en colaboración, un texto cada uno de nosotros. Si usted fuera gentil y quisiera acercarse a la experiencia de escritura, dése el gusto de compartir la música que oficiaba de acompañante, Mono & World's End Girlfriend: