Haus im Tissen, Christian Rohlfs
No se sabía nada del hogar, viajar para siempre no tenía techo, el espacio en blanco adornaba tanto una pared como una madrugada o un desierto recién nacido en plena memoria o cuando el árbol dejaba caer las hojas o las hojas dejaban de pesar en las ramas del árbol que se venía viejo y agradecía. Yo no puedo descansar como quisiera, no tengo dónde. Decir "en", ¿no es una maravilla?
PD: fijaos, humanos interesados, que los links son dos: uno para el texto y otro para Néstor leyendo él mismo.
Pugnas
Hace 20 horas
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