Visita inesperada (1959), Remedios Varo
Un gato de fuego calienta tu pasado, lugar dejado atrás que se pone adelante, te aplasta y al que nunca podés pisarle los talones. Tu casa, o las grietas de tu casa, te dan una mano mientras alguien te mira mientras la sangre empieza a sobrepoblarle las sienes mientras hay huecos en las paredes para entrar a vos, no puertas, mientras comés sobre un agujero duro, durísimo, mirando unos bichos más o menos invisibles, mientras, mientras, mientras...
La mirada desigual
Hace 2 horas
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